domingo, 18 de diciembre de 2011

Scene20: 7. Foto

Hola, chicos!
Hoy me he acordado de una cosa que vi en BBS Dreams allá por cuando me registré, el Scene20. Es un juego que consiste en crear pequeños relatos con 20 palabras que te dan, sobre tus personajes. Las palabras no tienen que ir en orden ni nada así que puedes hacerlo según te salga la inspiración. Y me he acordado hoy porque he pensado que era una muy pero que muy buena idea para poner de una vez por todas la historia de Luce y Allen en palabras, con pequeños relatos que dejen buen sabor de boca. Así que aquí me tenéis hoy, subiendo la palabra número siete con su correspondiente trocito de historia en la vida de estos dos hermanos tan problemáticos.
Si no los ubicáis o queréis saber más de ellos, la ficha de Luce está subida en su apartado correspondiente y la de Allen la subiré en breve, en cuanto acabe las clases y tenga tiempo para dedicarme al mundo en general.

También dejo por aquí la lista del Scene20 para no olvidarme de qué palabras tiene.

1. Café
2. Soledad
3. Color
4. Cenicero
5. Sonrisa
6. Mar
7. Foto
8. Sexo
9. Chichón
10. Silencio
11. Hospital
12. Tacones
13. Amigo
14. Cacahuetes
15. Manos
16. Agridulce
17. Sueño
18. Viaje
19. Música
20. Pijama
XX. Palabra libre




7. Foto

Hacía mucho que Luce no tocaba lo que había en el trastero pero ese día estaba buscando algo importante así que no le quedó otra que sacar una tras otra tres enormes cajas. Llevaban allí desde que Allen y él se habían mudado a aquél apartamento desde la casa de sus padres y Luce no había sentido la necesidad de desenterrar las cosas que allí estaban guardadas hasta hoy. Necesitaba el telescopio que le había regalado su padre cuatro años atrás para un trabajo de clase y no lo encontraba por ninguna parte así que, por sentido común, sólo podía estar allí. Pero había tanta mierda metida una con otra entre esas cuatro paredes de cartón que empezaba a dejar de estar seguro.

Tanteando con cuidado, por si es que le daba a alguna lente por equivocación, sus dedos dieron con una lámina parcialmente dura, como la cartulina, pero menos flexible y más delgada. La sacó con curiosidad, para encontrarse con una foto de cuando él mismo y Allen eran pequeños. Dos pequeños micos durmiendo juntos en la casa de la playa de sus abuelos, ajenos a todo, al calor que entraba por la ventana en el mes de julio, al ruido de las cigarras fuera de la casa, a las cortinas que se agitaban por el aire del balcón abierto.
No pudo evitar la sonrisa que se dibujó en sus labios mientras perfilaba los cabellos de su hermano con la punta de los dedos. Ambos aparecían tapados con una delgada sábana, durmiendo la siesta uno frente al otro, con los ojos cerrados en una expresión de calma y las manos entrelazadas. Suspiró.

-¿Luce? ¿Qué haces ahí?

Allen acababa de entrar en el salón con un vaso de zumo de naranja y miraba alucinado el desastre que había montado en el salón, con tantas cosas por en medio. Luce le alcanzó la foto.

-¿Te acuerdas?

Su hermano cogió la foto y al instante sonrió, con una de esas sonrisas torcidas suyas que sólo él y sus padres conseguían ver. Bueno, quizás también aquéllos que lo cabreaban lo bastante la vieran.

-Cómo no acordarse de esto. Cuando nos despertamos estabas pegado a mí porque decías que tenías miedo del ruido que hacían las cigarras. Y luego fuiste a ver a la abuela porque las cortinas se movían de manera sospechosa –dijo riéndose.

Maldito. De no haber sido él, Luce se habría sonrojado, pero hacía mucho que había perdido esa habilidad así que simplemente enarcó una ceja.

-Yo no me acuerdo de eso. Anda, trae, si es tan poco importante supongo que podemos tirarla.

Trató de alcanzarla pero Allen fue más rápido y la dejó fuera de su alcance.

-Quieto parao, ¿quién te ha dicho que la podías tirar?

-Bueno, digo yo que si no la necesitamos y lo único que hace es ocupar espacio lo único que queda es tirarla, ¿no te parece? –dijo Luce burlón.

-Mmm…

Al parecer sólo hizo falta que Luce vacilara para que Allen saliera pitando por la puerta con la foto, dejándole con la palabra en la boca. Enfadado, se dejó caer al lado de la caja y volvió a enterrar la mano en ella, esperando encontrar las malditas lentes del telescopio antes de que le diera un ataque. Había veces que le molestaba esa manera que tenía Allen de estropear los buenos momentos, tan insensiblemente y sin mirar en absoluto el ambiente. Que también podía ser que lo viera perfectamente y lo hiciera aposta para molestarlo. Bufó. Esa foto le gustaba mucho pero ahora que Allen le había picado se había quedado con el regustillo de tirarla, después de todo, si para Allen no era importante, ¿para qué la iba a conservar él? Lo único que haría sería resultarle doloroso.

Cuando su hermano volvió Luce ni se molestó en mirar hacia él ni en darse la vuelta para ver lo que estaba haciendo. Acababa de encontrar el trípode y la caja de las lentes, ahora sólo le faltaba el tubo. A pesar de ello, apunto estuvo de darse la vuelta cuando se empezaron a oír unos golpes en la pared del otro lado de la habitación. Aguanta, Luce, aguanta. Que le den, él se lo ha buscado. Finalmente los golpes pararon y Allen salió por la misma puerta por la que había entrado silbando una canción cualquiera que debía de haber oído en la radio de manera totalmente desafinada. Sólo entonces Luce se permitió darse la vuelta para ver qué había hecho su hermano con la maldita pared, que por él podía irse a la mierda, pero joder, tenía curiosidad.

Tuvo que acercarse para cerciorarse de que no estaba ciego y no estaba viendo alucinaciones. En la pared, colgado al lado de la puerta, había un marco de metal con un par de niños durmiendo enfrentados, ignorantes a todo lo que pasaba más allá de sus manitas entrelazadas. Tocó el marco, sintiendo el frío del metal a través de las yemas de los dedos, justo antes de notar otro cuerpo a su espalda y un aliento con olor a fruta por encima de su hombro. Ni lo había oído acercarse.

-No seas testarudo, ¿quieres? Además, sales muy bien en esa foto.

Unos labios se posaron en su pelo, al lado de su oreja, y acto seguido Allen se dio la vuelta y se fue del salón. Luce se quedó allí, con una mano en el marco de metal y la otra colgando junto a su pierna. Maldito Allen por ser como era. Por ser intrigante, molesto, estúpido (no, estúpido no, demasiado listo si acaso), astuto. Y porque había veces en que, tal vez, sólo tal vez, Luce tenía la impresión de que Allen también le quería. Impresiones equivocadas, por supuesto, pero había algo de lo que estaba seguro.

Allen no se comportaba así con nadie más.



2 comentarios:

Mama con ansiedad dijo...

Primer!!!
Me lo he leído de nuevo (por encima, no hay que abusar xD) y ahora lo veo más redondito (ya te dije antes ;) ).
La verdad es que se me hace raro "ver" a Luce así tan manso y manejable. Estaba acostumbrada a su faceta de chico guay y chuleta del foro, haha. Pero resulta interesante así que espero que continúes con el reto para saber más de estos dos pipiolos.
Por cierto! Ahora iré a cambiar la imagen de tu banner de enlace :3

Gabriel S.D'Artemius dijo...

Guay! ^^
Yo diría que lo de que Luce parezca manso es porque está en casa y en casa se siente más libre, más a gusto, y obviamente no se va a comportar igual con Allen que con cualquiera que se encuentre por los pasillos del instituto xD
Ya sabrás más, ya sabrás más :P Ahora que me dan las vacaciones me lo voy a pasar pipa escribiendo y posteando, ya verás XD

Pues sí, es que el otro no me pegaba ni con cola tal y como está ahora el foro XD